A pocos metros del restaurante vi a un hombre alto con el pelo corto y gafas de espejo, el hombre vestía un traje italiano oscuro con unos zapatos blancos. Sin duda alguna , era el, era Mark, su cicatriz en la ceja derecha lo delataba, aquel golpe que tuvimos en la regata de piraguas le dejó una poco camuflada cicatriz. Mark en sí era una persona muy carismática y con una gran capacidad de persuasión, así que no me extrañaba que me hubiera reunido con algún propósito mas que puramente amistoso.
-Mark, cuanto tiempo, me alegro de verte- Dijo Connor con una leve sonrisa
-Oh! Connor como has cambiado, ya no eres el mismo chico de antes el cuál solo pensaba en estar con más y más chicas
-Mark tu sigues siendo el mismo en todo, el mismo 'liante' de siempre, no se como has conseguido que venga a saludarte.
-Digo que podríamos pasar y hablar en el restaurante- Dijo Mark
Mark y Connor pasaron al restaurante, y como bien dice el protocolo no hablaron de negocios hasta el postre. Connor estaba actualmente desempleado, dado que la empresa para la que trabajaba quebró a los cinco años de abrirse, el motivo, la mala gestión de los directivos, el Sr.Franc apenas aparecía por su empresa lo que empeoraba el intento de gestión. Así pasó que al igual que un barco que navega sin capitán se hundió enviando a la ruina al dueño de esta empresa. Para Connor no fue una gran pérdida ascendió al poder sin invertir en ella, pero ya era hora de buscar un empleo dado que el sueldo de directivo que tenía ya se estaba agotando.
CONTINUARA
Pilaster.
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